SEyLA

Nace este blog con el único deseo de contribuir con un modesto granito de arena, al conocimiento y divulgación de las Aves Silvestres, muy en especial a la ESPATULA, desde un punto crucial en su trayectoria migratoria, la Bahía de Txingudi, no siendo ajeno ningún otro lugar donde la especie esté presente. Esperamos que este humilde proyecto contribuya a aumentar y consolidar el número de amantes y defensores de las Aves y sus Hábitats.

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sábado, 16 de abril de 2011

MIGRACIÓN de las ESPÁTULAS y (III)


Como ya se contó antes, existen dos grupos poblacionales de Platalea leucorodia en Europa, el occidental y el oriental. La migración que se observa en nuestra zona es la que se conoce como:

RUTA MIGRATORIA DEL PALEÁRTICO OCCIDENTAL


Las colonias más importantes están en las Islas Frisias o Frisonas, pertenecientes a Holanda, Alemania y Dinamarca. Bélgica y Francia son otros de los países que albergan colonias de cría. En Gran Bretaña se ha establecido una incipiente colonia reproductora, que si las circunstancias son favorables, tiene visos de durar y expandirse. Pero es Holanda el núcleo principal de esta población europea occidental norte.


Solo los humanos concebimos las fronteras políticas, el resto de los seres vivos (y en eso son mayoría) se rigen por las fronteras físicas que delimitan sus hábitats o espacios vitales. Esto no es más que para comprender que, aunque las Espátulas de este núcleo poblacional pueden tener orígenes “administrativos” distintos, su “nación” es la misma. Así la saturación de las colonias situadas en territorio holandés, provoca la expansión de los nidificantes hacia áreas próximas en busca de condiciones favorables para la cría. Es decir que las colonias holandesas son el epicentro de la recuperación de colonias aledañas. Aunque pudiese parecer que se trata de una especie que conquista nuevos territorios, en realidad es que su recuperación poblacional les está llevando a la recomposición del espacio geográfico habitado antes de su declive.

Las condiciones invernales de esta zona de Europa, hacen inviable la supervivencia de esta especie durante la “estación fría”. Son aves y emprenden el vuelo hacia el sur, donde encontrarán sus “tradicionales” cuarteles de invierno. No es un viaje fácil y seguro, la naturaleza es muy dura y selectiva, y solo los ejemplares más fuertes sobrevivirán. Al igual que para criar e invernar buscan los lugares más adecuados, también para viajar emplean el trayecto más óptimo, en este caso la ruta occidental.






Esta ruta transcurre por  las costas Belga y Francesa, para adentrarse en la península ibérica, atravesando el golfo de Vizcaya o Gascuña, e incluso sobrevolando los collados del Pirineo occidental. Una parte del contingente toma dirección oeste recalando o pasando sobre los humedales cantábricos y las demás prosiguen dirección sur y suroeste. Unas costeando por el litoral atlántico portugués y otras por el interior peninsular, hasta cruzar el estrecho de Gibraltar y adentrarse en territorio africano. Por delante el Sahara, espacio nada apto para esta especie ligada a los humedales, pero obstáculo que se ven obligadas a superar para llegar a  los lugares principales de invernada, el delta que separa (o une) Mauritania de Senegal: el Banc d´Arguin.

Este río vivo que constituyen las Espátulas en su migración, va dejando un rastro de ejemplares, que no culminan la totalidad del viaje “tradicional” quedándose algunas a invernar en lugares como Orx, Txingudi, Santoña, O Grove, y estuarios como el de Sado, Lisboa y Algarve, por citar algunos. Se da la circunstancia de que en el Algarve portugués también hay colonias de cría, pero estas pertenecen a la subpoblación del sur.


Transcurridos los meses del invierno, despierta en ellas de nuevo el instinto migrador. Muchos, la mayoría, de los jóvenes del año se quedarán en estos parajes africanos hasta su edad adulta, entre dos y cuatro años. Los adultos atenderán a la llamada de la reproducción y partirán hacia el norte, hacia las colonias de cría ya ataviados con el plumaje nupcial. El camino de regreso tampoco es fácil  y no serán todos los que parten, los que lleguen con éxito y contribuyan a la perpetuación de la especie.


Físicamente estaremos en nuestros puntos de observación  para tratar de recopilar la mayor información posible durante sus pasos migratorios. De aquí y de allá recogeremos los datos que iremos presentando. Es verdad que nos apasiona el mero hecho de contemplar y saber más y más sobre estas aves, pero aún es mayor la sensación agradable de pensar que, aunque modestamente, hacemos algo por su conservación. Para que puedan seguir volando, aunque nosotros ya no las podamos ver.