SEyLA

Nace este blog con el único deseo de contribuir con un modesto granito de arena, al conocimiento y divulgación de las Aves Silvestres, muy en especial a la ESPATULA, desde un punto crucial en su trayectoria migratoria, la Bahía de Txingudi, no siendo ajeno ningún otro lugar donde la especie esté presente. Esperamos que este humilde proyecto contribuya a aumentar y consolidar el número de amantes y defensores de las Aves y sus Hábitats.

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martes, 5 de octubre de 2021

Jelle en Plaiaundi

 


Aquí no está Jelle, pero son de su misma generación.

Avanzado ya el paso postnupcial 2021 y cuando nuestro conteo ya va arrojando cifras respetables, queremos contaros algo que nos hace especial ilusión:


Jelle, con anilla W(NAN9) es una de las 17 espátulas nacidas en la primavera 2021 en las colonias de la población del norte de Europa, las que llamamos “holandesas”, que han sido equipadas con un emisor GPS dentro del proyecto NIOZ.


https://www.nioz.nl/en/blog/tracking-juvenile-spoonbills-2021


Pues bien, Jelle ha parado en el enclave de Plaiuandi, en la bahía de Txingudi, en las primeras horas del día 5 de octubre. Mejor sería decir la noche ya que recaló en este nuestro entrañable humedal a la 1:20 h.





Su trayecto antes de llegar al estuario del Bidasoa ha sido bastante peculiar. Luego de venir por la costa atlántica francesa, como marcan los cánones y las tradiciones, Jelle a la altura de Burdeos desvió su trayectoria hacia el este y dio un marcado giro hasta llega a las proximidades de Perpiñan, a muy poca distancia de la costa mediterránea.


Todo hacía presagiar que la joven Jelle, seguramente integrada en un bando de congéneres, continuaría su viaje costeando el Mediterráneo, tal como acostumbran las espátulas originarias de La Camargue, en el delta del Ródano. Pero no ha sido así. Jelle ha rehecho el camino “equivocado” ya ha desandado (“desvolado”) unos 500 Km. para entrar en la península Ibérica por el punto por el que entran las espátulas del norte de Europa: Txingudi.




Una evidencia más de que Txingudi es la puerta de entrada por excelencia de las espátulas del norte en la península Ibérica, es el hecho de que de las 8 que han entrado hasta hoy en “la piel de toro” 6 lo han hecho por nuestro pequeño humedal costero gipuzkoano del extremo este del Cantábrico. Las otras 2 pasaron cerca, acortando camino por el mar y tomando tierra la una a la altura de Donostia y la otra por Lekeitio.




No podemos evitar sentir un sabor agridulce conocedores de que la NO GESTIÓN de que el espacio de Plaiaundi impide que la debida regulación de los niveles de agua en las lagunas intermareales no funcionen, dejando Plaiaundi sin un lugar de reposo para las espátulas durante las pleamares. De poco ha servido ir a buscarla en las primeras luces del día, aún a sabiendas que no la íbamos a encontrar, por falta de sitio donde continuar su descanso. Las administraciones (i)rresponsables tanto de la conservación de las especies amenazadas como la espátula, que ni siquiera cuenta con el preceptivo plan de gestión, como de los hábitats viendo la degradación por inacción que está sufriendo Txingudi, deberían sentir profunda vergüenza por su contribución a la pérdida de biodiversidad que está sufriendo nuestro planeta por causas antrópicas.


Por suerte para Jelle, y en el momento de escribir estas líneas, nuestra protagonista ha llegado a Urdaibai, el “vecino” humedal bizkaino, donde sí encontrará las condiciones necesarias para poder reponer fuerzas para continuar su viaje al sur. Nos alegramos por ella y por el humedal donde ha recalado que, aunque no carente de problemas, sí está siendo objeto de una gestión positiva encaminada a su preservación.




Buen viaje y mucha suerte a Jelle y todas sus congéneres en este periplo migratorio extremadamente exigente, donde deben enfrentarse a los imponderables naturales y a la nefasta actitud de quienes deberían no complicarles aún más su dura existencia.




PD: Ojo, que ya van viniendo las que faltan !!!